Hay un verso que me ahoga
que me quema la garganta
un verso sin voz que canta
si el alma se desahoga.
este verso sólo aboga
de una quietud placentera
la pluma es mi compañera
el papel mi amigo franco
y la inspiración la arranco
del centro de mi alma entera.
La musa jamás espera,
ni se atrasa, ni se apura,
porque la musa perdura
cuando llega verdadera.
La pluma corre certera
a lo largo de un papel,
pobre del poeta aquel
que no da paso a la musa
o que la expresa confusa
por los poros de su piel.